domingo, 8 de enero de 2012

SE FUERON TODOS



SE FUERON TODOS

Se marchan los míos,
todos se marcharon,
desde no sé dónde
para no sé cuando:

Se fue José Vigo
hacia el camposanto,
recitando versos
y entonando cantos.

Anda Luciano
rumiando vocablos,
por el cielo arriba,
por el cielo abajo.

Y entre las estrellas,
Agustín, sentado,
tiene un libro gordo
debajo del brazo.

Porque me encontré
enfermo y cansado,
me dieron patadas
San Pedro y San Pablo.

Desde no sé dónde,
no recuerdo cuándo,
se acercó una santa,
se puso a mi lado 



y, llena de rabia,
enfrentó a los santos:

-“¡Dejen al viejito

en su carapacho!

¿No ven que está enfermo?,

¿No ven que está malo?,

¿No ven que se muere?.

No lo ven, ¡carajo!”.


Por cuanto la santa
me había apoyado,
con todas mis fuerzas
le pegué un sopapo,
primero a San Pedro
y luego a San Pablo.

Fue tánto el coraje
que puse en mi brazo,
que los dos cayeron
de la Luna abajo
y, si no murieron,
se medio mataron.

Ahora ya saben
y tengan cuidado:
al que me jorungue,
aunque sea santo,
le pego una hostia
que lo desbarato.

Manuel da Roura

Caracas
Enero, 2012







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