sábado, 29 de mayo de 2010

MARIO SILVA en LA HOJILLA.





BLASÓN DE UN SILVA BALAYO.

Cobija ese rojo yelmo
Testuz de tribuno alzado,
Amplia frente, cuello holgado,
Pechera de pelo en pecho,
Rastrojos de mil catarros;
Contumaz el pensamiento
Anima su enhiesto canto
Y nutre sus movimientos
Y alimenta sus dos manos
Ora palpando la oreja
Ora pulsando la ceja,
Ora trayendo y llevando
Un café de toma y deja,
Humeante en la bandeja,
Que a sorbos lo va tomando
Cuando el capricho le apreita.


Adarga en ristre, flagelo,
Contra los bandidos, bravo;
Contra oligarcas,  alérgico;
Al duelo con los escuálidos,
Luce sus dientes de acero
Y acerada empuñadura
De espadachín del toreo.
Atrapado en danza oscura,
Por donde cuelga el pellejo,
Tiene agarrado, pendejo,
Al piadoso “matacuras”,
Predicador de locuras,
Pregonero de herraduras,
Príncipe de los gitanos,
Manager de los cipayos
Síndico de sinecuras.

Caballo y cabalgadura,
Caballero en su montura:
Cabalga el Mario en su HOJILLA,
Cabalga el Mario en la orilla,
Cabalga el Mario en su silla,
Cabalga el Mario sentado;
Casta gallega, al canario
Que al Silva suma el García,
Nadie le verá arrastrado;
Digno deudo de Dominga,
Blasón de un Silva Balayo.
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