El niño de Sabaneta
agarró firme el arado,
dejó su campo sembrado,
ha rebasado su meta,
la vida ya lo ha colmado.
Quien le ha visto adolescente,
quien le siguió en mocedad,
quien comprobó su verdad
sabe que fue voluntad:
un hombre bueno y valiente.
Forjó Barinas probada
lealtad en tu persona;
contigo, Chávez,
atrona
tanta firmeza expresada,
que el gran Bolívar
corona
con el laurel de su espada.
(Rioderradeiro)
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